Guadalupe Raves: “Estamos en una época en la que todo vale, todo se lleva y nadie desentona por llevar un tipo de traje u otro”
La diseñadora sevillana hace un balance sobre sus primeros años en el sector como marca individual
Guadalupe Raves es primeriza en el mundo de la moda flamenca como marca personal. Sus inquietudes por la festividad de El Rocío desde pequeña le hicieron convertirse en modista y costurera de su propia marca flamenca, aunque ha estado muchos años de su vida confeccionando para talleres externos. Sus primeros pasos dejaron huella en la diseñadora y ahora se embarca en su proyecto de vida.
No es na cosa que empieza de la noche a la mañana. Viene de hace mucho tiempo porque ya en mi casa mi madre cosía, y antiguamente yo estudié en el colegio Santa Ángela de la Cruz y allí por costumbre en la parte de manualidades, pues las monjas siempre nos enseñaban a hacer punto de cruz, entonces la vinculación con la costura me viene desde pequeña. Después cuando tuve un poco de más edad me apasionaba lo que era el mundo del traje de flamenca. Cuando tenía doce años ya decía que me iba a dedicar a hacer trajes de flamenca.
Después mi vida no fue vinculada a la costura. Como todas las jóvenes me dediqué unos años a cuidar niños y a hacer limpiezas, para sacarme mis propios ahorros. Mi vinculación empieza cuando empiezo a tener relaciones con gente que va a El Rocío y mis inquietudes por ir allí pues me generó la necesidad de decir que yo me quería hacer mis trajes de flamenca. Me fui al centro una tarde con mi madre, me metí en una tienda, me probé un vestido y vi en cuántas partes se componía un traje y cómo estaba confeccionado, además, dónde iban las costuras, dónde terminaban y a partir de ahí fue cuando empecé a elaborar mis primeros trajes para poder ir a El Rocío. Luego me formé en un curso de patronaje a medida de moda flamenca en el centro Imagen de Sevilla y a partir de ahí empecé lo que es la moda flamenca más profesional.
He estado relacionada con el tema del traje de flamenca siempre, pero he estado trabajando cinco años en talleres externos confeccionando prendas que no tienen nada en relación con la moda flamenca. Hasta hace un año y medio que me planteé empezar un nuevo proyecto desde mi casa, que es donde tengo el taller de costura. También hago moda de fiesta, pero la base inicial fue la confección de trajes de flamenca.
Una edad concreta no puedo decir, ya que yo trabajo con trajes de flamenca a medidas, entonces no puedo decir si lo general es una 40 o una 42 de talla, por ejemplo. Las clientas vienen, les mido personalmente, como antiguamente, y a partir de ahí confecciono el traje. No tengo ni edad ni estereotipo por tallas.
Es complicado. A mí me gusta mucho lo que es el traje de lunar, tirando más por lo tradicional, independientemente de que sea un lunar más grande o pequeño, o si un año por casualidad, como, por ejemplo, ahora que se llevan mucho las telas muy variadas, muchos tipos de telas, muchos tipos de manga, mucho escote, muchos tipos de variedad. Yo creo que, en el traje de flamenca en cuestión, donde se ponga un traje con estampado de lunar siempre se acierta, es un clásico.
Yo no creo que esté todo inventado. De hecho, ahora estamos en una época en la que todo vale. Se empezó llevando durante un tiempo trajes estrechos hasta la rodilla, con la manga muy estrecha y, sin embargo, otra vez estamos volviendo al traje con el corte en la cadera, con el corte en la cintura y las mangas no tan estrechas, como las mangas jamón o la manga farol. Ahora estamos en una época en la que todo vale, todo se lleva y nadie desentona por llevar un tipo de traje u otro. La riqueza del traje es esa, la variedad y diversidad de la confección. No tenemos por qué ir con un vestido que a ti no te guste porque no vayas a la moda, sino que luces el traje que a ti te gusta.
Este año como la feria ha sido dos semanas antes que el año pasado, pues no nos ha dado tiempo material de recomponernos de las navidades. Parece que este año todo ha sido muy rápido, con prisas y corriendo, pero, sin embargo, la Feria de Abril ha venido como todos los años, porque la diferencia ha sido de diez días. La cuestión estaba en que en este sector el tiempo es oro. Ahora viene una temporada más tranquila, debido a que ya ha pasado El Rocío, pero sigo trabajando en vestidos de fiesta, entonces, se compensa. Además, hay romerías o ferias de pueblos que también las trabajo, aunque mayoritariamente me dedico a la feria de Sevilla y a El Rocío.
En cuanto a personas conocidas, no he confeccionado ninguno. Este año he colaborado en un desfile benéfico que hizo la hermandad del Rocío de Camas y tres modelos voluntarias lucieron mis vestidos. A lo mejor, el año que viene a través de las formaciones, porque yo sigo formándome, me meto en los desfiles que ofertan las escuelas que so como una oportunidad, principalmente para promocionarme.
Todo el mundo a lo mejor no tiene la oportunidad o la posibilidad de permitirse económicamente un traje hecho a medida o comprar un traje de flamenca de 200 o 300 euros. Además, soy una persona que opina que cada quién hace lo que quiera con su dinero y como profesional de la moda flamenca no puedo criticar a una persona porque se haya comprado un traje más económico o bonito o más feo. Lo que sí es verdad que no se puede comparar. No tiene punto de comparación tanto en volumen como en la exclusividad del traje. Al ser trajes que ya vienen confeccionados no son prendas exclusivas, no puedes elegir una forma de escote o una tela. Eso no quita que, por casualidades de la vida, un año te quieras comprar un traje low cost más económico. Quien quiera y quien pueda siempre tiene la opción, es totalmente respetable y porque la tela sea de menos calidad porque sea de licra, por ejemplo, no influye.
Ahora mismo no tengo ninguna. Mi visión de futuro en esto es ir poco a poco. El primer año tuve una cantidad importante de clientela, este año se ha triplicado y el año que viene no sé lo que vendrá. Lo fundamental es que la cliente quede satisfecha con lo que se lleva y eso para mí es lo que gana. La mayor satisfacción es entregar un trabajo artesanal y manual y saber que la clienta se va satisfecha porque gracias a eso, luego sale otro cliente por familiares y amigos. Entonces como meta nada, yo no me propongo nada de aquí a un determinado tiempo, solamente seguir como estoy y el tiempo dirá.
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