La elegancia atemporal resalta en la tercera jornada de desfiles
La pasarela el tercer día de jornada se llenó de colores vivos y homenajes a artistas históricos
La jornada del sábado empezó con un desfile homenajeando Bodas de Sangre de Federico García Lorca. En ella se lucieron vestidos con colores puros como el rojo, el negro y el blanco. Las siluetas de las flamencas dieron vida a la lucha interior entre el deber y el deseo. Cristina Vázquez con Raíces se centró en su origen, en su yo, creando una historia de amor con colores protagonistas como el naranja, fucsia y el turquesa.
Arraigo de Pablo Lanzarote fue fuerza, fue tradición, fue Lola Flores, Lorca o Pemán. Volvieron los volúmenes en volantes y mangas rindiendo homenaje a las gitanas del siglo pasado. Cristo Báñez se hizo presente en la sala gracias a la colección Mi corazón del gran amigo Alonso Cózar. Presentó un recorrido desde la flamenca más ferial hasta las entrañas de su tierra, el Rocío. Desde trajes de flamencas voluminosos hasta batas rocieras ligeras y cómodas.
La pasarela siguió rindiendo homenajes. Esta vez a los nietos de Yolanda Rivas y MM Garrido con Cokitos donde se vieron preciosos trajes llenos de colores apastelados, encajes, rosas y lunares estampados de acuarelas. La sala se volvió blanca y negra con la llegada de una colección inspirada en el cine clásico con cuadros de vichy en negro, lazos y trajes sin mangas.
Los colores propios del patrimonio andaluz los puso Rosa Pedroche con Andalusí. La fusión cultural recuperó tonos naranjas y tierra, además de, estampados con enormes rosas con volúmenes en sus volantes y faldas.
La elegancia y la sensualidad trajo un escandaloso desfile con encajes, aberturas y transparencias. La colección SEX del dúo cordobés Sergy&Tapiju relacionó cada gama de color a un fetiche sexual.
La flora silvestre de Leticia Lorenzo creó un ambiente relajante en la sala con su camino natural y onírico. Sus colores como el rosa, el blanco y el negro crearon unos vestidos poco vistos en las flamencas de calle igual, que los presentó Carmen Latorre. En su desfile se vieron tejidos con brillos y unas formas marcadas por la personalidad, donde resaltaron los hombros con diferentes volúmenes.
La tarde del sábado siguió transcurriendo con Delirio que destacó por sus lunares repartidos en diferentes posiciones sobre el vestido. La explosión de colores devolvió el delirio de Conso Delgado con una colección sin miedo a perder el control. Los vestidos y faldas con cortes en la cintura con volantes de capa, donde los canasteros fueron los que presentó Armonía de Atelier Firma.
La naturaleza resurgió en la sala. Colores de la madre tierra en tejidos 100% de lino para promover la eco-amigabilidad sorprendieron a los asistentes. Además, Esencia natural de Sonibel volvió a traer volumen a través de trajes con dobles faldas y cancán.
El volumen desapareció con la llegada de Molina Flamenca donde los trajes que más lucieron son los canasteros con vuelo alto y bajo. Sus suaves tejidos se enfocaron en la pedrería, gasas flecadas y organza.
La larga jornada de este día la cerró Pilar Rubio con su colección tan peculiar A mi manera. Un desfile lleno de inspiración libre con un recorrido por sus propias colecciones más actuales. Los vestidos eran de cuerpo entallados y bajos vaporosos confeccionados con tejidos elásticos, transparencias y organzas de cristal.
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